Cómo será el mundo en 2014 y cómo cambiará lo que marcas y empresas deben hacer
Entretenimiento y tiendas de nueva generación marcarán la agenda
Si algo tienen que tener claro las marcas y las empresas, es que no pueden jugar únicamente para el presente inmediato. Su estrategia tiene que ser capaz de adaptarse a los cambios, para lo que no queda más remedio que adelantarse a ellos. Tienen que saber hacia dónde van las cosas y cómo podrán posicionarse frente a ellas. Comprender cómo será el consumidor del mañana les ayuda a tomar decisiones ya ahora encaminadas a fidelizarlos como compradores.
En un mercado, además, en el que están cambiando tanto las cosas y lo están haciendo tan rápido, asumir esos cambios y adelantarse a ellos parecen todavía más crucial y más determinante para sobrevivir.
Y, aunque nadie tiene una bola mágica infalible para ver el futuro, el trabajo de los analistas permite perfilar cómo será ese mañana. El último de esos trabajos de futurismo viene de Euromonitor, que ha apuntado qué grandes cambios marcarán la agenda de las empresas señalando cómo será el mundo en 2040 y qué deben saber las empresas sobre ello.
El poder del entretenimiento
Una de las cuestiones clave que cambiarán el modo en el que los consumidores acceden a los productos pero también su día a día será el modo en el que el entretenimiento cambiará. Desde Euromonitor señalan, de hecho, que varios serán los factores que impactarán en ese consumo y que modificarán las dinámicas relacionales. La tecnología tendrá además un papel determinante y crucial, haciendo que los consumidores no necesiten desplazarse para consumir esos servicios.
De entrada, el foco migrará desde las marcas a los individuos. La culpa la tienen las redes sociales, que han modificado los esquemas de comunicación (y que seguirán haciéndolo en el futuro). Para continuar, el peso de las experiencias irá en aumento. Los consumidores querrán experiencias mucho más únicas y más diferentes y gastarán mucho dinero en ellas. El mercado de las experiencias va a pasar de los 5,8 billones (trillones americanos) de dólares de 2016 a los 8 billones en 2030.
En esas experiencias, la personalización será más importante que nunca. Los consumidores están migrando, dejan claro en Euromonitor, de la «historia de todos» a la «historia de cada uno».
La nueva generación de hogares
Pero las marcas y las empresas no solo tienen que tener en cuenta cómo modificarán su acceso a servicios y productos los consumidores, sino también cómo cambiarán sus domicilios y lo que eso impondrá en la agenda.
Cada vez estaremos más conectados y nuestros hogares también lo estarán. Las predicciones hablan de que en 2030 el 65% de los hogares tendrán acceso a banda ancha (ahora son el 47,5%). El internet de las cosas y las smart homes serán por tanto más que esperables, serán lo que exista por defecto.
En 2040, los analistas creen que lo habitual será tener en casa electrodomésticos conectados, que abrirán nuevas oportunidades comerciales y que impactarán en el consumo. Esto generará también un nuevo modo de acceder a los productos: los ciudadanos dejarán de ser consumidores activos para pasar a serlo también pasivos.
Algunos productos y algunas categorías funcionarán de forma casi automática. El consumidor no tendrá que hacer el proceso de comprar cuando se terminen. Su hogar conectado lo hará por ello. No es la única lectura que los expertos hacen del hogar del futuro. El hogar conectado es también una prueba de que los consumidores buscan que las cosas sean más simples y sencillas y que todo fluya de un modo más fácil para ellos.
El hogar conectado y el hecho de que cada vez sea más fácil tenerlo todo en casa (y que todo llegue a ella) asentarán también otra visión, la de la casa como santuario. Los consumidores, alertan en el análisis, tienen cada vez menos razones para salir de casa a consumir fuera a medida que sus hogares se vuelven más sofisticados.
La tienda del futuro no es como la tienda del presente
Y, por supuesto, todos los cambios también afectarán al retail. Las tiendas del futuro no serán como las de ahora, algo que sorprenderá a pocos. El retail ya está embarcándose en un proceso de transformación y ha empezado a comprender que competir con precios únicamente ya no vale. Tienen, recuerdan en el estudio, que posicionarse de un modo más diferenciado y añadir valor en el proceso de compra.
En 2040, no tendrán más remedio que jugar fuerte en experiencia de consumo y brand engagement. Las tiendas estarán más conectadas que nunca, como los consumidores (que se volverán más impacientes con el paso de los años, más informados y mucho más exigentes con lo que piden). Las tiendas funcionarán siempre que respondan a lo que los consumidores esperan de ellas. Quieren que sean espacios para probar cosas, para sentirlas de un modo tangible, pero también para vivir experiencias.
Source: Puro Marketing